viernes, 19 de diciembre de 2008

¡Y así comienza el Chow, Chico!


Amigos, amigas, otros, otras:

Mediante la presente damos comienzo a este austero blog destinado a difundir esos pintorescos relatos que llamamos anécdotas. No nos hacemos responsables de los probables daños morales que esta información pudiera ocasionar, o sí, lo hacemos y nos chupa soberanamente un huevo. Nada de lo que aquí se encuentre será ficcional, se limitará siempre y sin excepción, en la medida de lo humanamente posible, a hechos reales (si es que tal cosa existe). Estas anécdotas desearían servir de enseñanzas, advertencias, redenciones, escraches, denuncias, chusmerío barato, todo bajo el ala protectora de una apariencia gentil y sugerente de confraternidad. Desearían en vano, porque lo cierto es que no son más que anécdotas inservibles, torpes y maliciosas, destinadas a mofarse de la gente.

La mesa está servida y reboza de estulticia. Buen provecho.

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