viernes, 23 de enero de 2009

De cómo se comprende que el Sr.Marrón todavía no entienda por qué no logra sintonizar en el microondas el fútbol dominguero u Homo Brutus Informáticus


Siendo el Sr. Marrón oriundo de los occidentales parajes rurales de la provincia de Buenos Aires, había visto las resplandecientes luces de la gran ciudad a la tardía edad de doce años. Dada su rústica naturaleza no estaba versado, ni de casualidad, en los menesteres de la informática; y, en honor a la verdad, nunca lo estaría. Fue en estas condiciones que concurrió, acompañado por el Sr. Naranja, a un Scout Concert, (una pintoresca presentación a los fines de recaudar fondos para los niños exploradores) anhelando encontrar una niña que estuviese siempre lista. Concluida la presentación, entabló el Sr. Marrón una improvisada charla con dos atractivas espectadoras. A poco de hablar, nuestro amigo, les comunicó que debía partir y galante requirió que le suministraran el número de teléfono para proseguir aquel rico intercambio, mates de por medio, siempre, y como debe ser, con las más bajas intenciones. Las damas, pioneras de la tecnología al servicio de la histeria, complacientes contestaron:


- Mira…no se si darte mi teléfono. Pero puedo darte mi Messenger, si querés.

A lo que, cual discípulo dilecto de Bill Gates, el Sr. Marrón interrogó:

- ¿Qué? ¡¿Mazinger?!


Redactado por: Sr. Gris y Sr. Naranja

2 comentarios:

  1. juaz!

    la verdad que me he reído con tus relatos, Nico.

    quiero creer que el susodicho sólo dijo esa palabra por similaridad fonética, y no por haber confundido messenger con el animé de Go Nagai. Si no no me explico el contacto con la japomanía desde las islas rurales!

    ResponderEliminar
  2. raro es que siendo parte del espectaculo en cuestión sea esta la primera vez que me entero del episodio memorable.

    ResponderEliminar